sábado, 2 de julio de 2011

¿Por qué lo hacemos?


Porque propiciar el hábito de la lectura desde temprana edad es clave para el desarrollo de nuestro país. Un país lector tiene la capacidad para formar capital humano, erradicar la pobreza, elevar el bienestar de la población y competir por una economía globalizada. La lectura es un gancho para incentivar progreso.

Sin embargo, los niños no leen y no es por la falta de bibliotecas y libros, sino  porque no existen “mediadores“ de lectura, que seduzcan a los jóvenes para reconocer esta actividad como puente hacia el conocimiento y el bienestar propio y el de la cultura. Y nosotros como padres,  podemos iniciar este camino. 

Actualmente, esta actividad es concebida como una actividad pedagógica aburrida y estigmatizada por calificaciones. Por esta razón, este método inicia un camino para enseñar a pensar la lectura como una herramienta para construir conocimiento, cotidianamente, y desde el tiempo libre y familiar.

El imaginario que tenemos, casi todos, es reconocer la cantidad de libros en una biblioteca pública o privada como el “nirvana” para adquirir conocimiento, pero ¿de qué vale tener miles y miles de libros si no existe la motivación para abrir estos ejemplares, leerlos y encontrarles un sentido para nuestra vida? Y es precisamente este interrogante, el que queremos develar con este método, con el cual iniciamos un camino hacia la desacralización de la cultura casual y espontánea, y fundamentarla  en el reconocimiento de la adquisición de la cultura a través de la mediación, el juego y la motivación. 

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